EL QUERIDO MAESTRO
Son las cinco y
media de la madrugada, la oscuridad aún cubre el firmamento y el viento frío
recorre las esquinas. Carlos, un docente de años de experiencia está listo para
un día más de labores, debe estar antes de la siete en su lugar de trabajo. La
enseñanza es su pasión, él, como de costumbre, apresura sus pasos con
entusiasmo, porque lo invade las ansias de estar frente al salón de clase
compartiendo de su conocimiento.
Los fines de
semana, días que para muchos son de descanso, él la pasó sentado frente a la
computadora y sus materiales de trabajo que le facilitaron los conceptos y ejercicios
que buscó para compartir con sus alumnos toda la semana siguiente. Él solo anhela
inspirar a quienes se reúnen en el salón de clase desde muy temprano para formarse
académicamente.
Son muchas las
cargas que lleva sobre sus hombros, son muchas las responsabilidades y
exigencias que sus superiores le demandan, hay momentos donde su salud se ve
quebrantada y sus fuerzas disminuidas.
Carlos como todos
los docentes, conoce muy bien lo que es el estrés, lo cruel que este es para
quienes se entregan por completo a sus labores. Hay días en donde Carlos tiene
que enfrentarse con momentos difíciles dentro de los salones de clase, con
aquellos estudiantes que se les olvidan el valor del respeto y de mantener un buen
comportamiento. Cualquier anomalía suscitada en el aula, puede terminar con un
llamado de atención y multa económica sin dejar a un lado la reprensión de sus jefes,
quienes no miden sus palabras y lanzan términos ofensivos como cual víbora
venenosa.
Para Carlos, no
hay mayor satisfacción que terminar un día de labores habiendo cumplido con sus
objetivos planteados, el haber compartido con sus estudiantes horas de
conocimiento y también experiencias que se guardaran en su corazón.
La docencia es
una de las profesiones más apasionantes que pueda existir, saber que estás
formando a los futuros buenos profesionales, es algo que te impulsa a seguir
danto todo de uno mismo, aunque nadie reconozca la labor docente, aún los
mismos estudiantes, pero para quien ama ser docente, esas ingratitudes no lo
hacen desertar del perfil del maestro.
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