UNA LLAVE AL ÉXITO LLAMADA HUMILDAD
Muchas personas asocian la palabra humildad con pobreza, con llevar una vida llena de miseria y fracaso. Para muchos, ser humilde es llevar una vestimenta descolorida, caminar sin calzado, según el pensamiento populista, la persona humilde no puede gozar de estabilidad económica, de buenos gustos y privilegios, pero ¿Qué hay de verdad en eso?
En este ensayo despejaremos toda duda empezando por definir el concepto de humildad, buscando la raíz de está palabra y así descubriremos que tan asociada está con el estilo de vida de las personas.
La palabra humildad proviene del latín humilĭtas, -ātis, que a su vez deriva de humĭlis, “humilde, bajo, sencillo”. Humĭlis viene de humus, que significa tierra, suelo.
Por lo tanto, en su raíz etimológica, humildad está relacionada con “estar cerca de la tierra”, es decir, no elevarse con soberbia ni pretender estar por encima de los demás.
En sentido figurado, desde la antigüedad se entendió la humildad como la virtud de reconocer las propias limitaciones y vivir con sencillez, manteniendo los “pies en la tierra”.
El acto de caminar con los pies puestos sobre la tierra, también se lo puede interpretar como reconocer que todo lo que uno logra alcanzar en este mundo o plano terrenal, es gracias a esa fuerza divina y suprema.
Quien desea alcanzar el éxito, debe tener presente que, todo esfuerzo dado en el proceso, ha sido gracias a esa fuente de energía que proviene del lado divino, de ese plano superior que alimenta nuestra alma, lugar que está reinado por el ser más maravilloso y bondadoso, conocido común mente como Dios.
“Entonces reconocerás al Eterno, Dios tuyo, que Él es quien te da fuerza para hacer riqueza, a fin de cumplir su pacto que ha jurado a tus padres, como en este día.” (Deuteronomio. 8: 18)
Estas palabras mencionadas, fue dada al pueblo de Israel, antes de entrar a la tierra prometida. Dios instruye a su pueblo dándoles un buen consejo y es, ahora que ellos iban a entrar y conquistar la tierra de sus enemigos, se iban a convertir en una nación temible para las demás. Llegaría el tiempo que deberían cuidar su corazón de no enaltecerse y creerse superiores a los demás, sino que debían conducirse con humildad siempre, teniendo en mente que todo lo que ellos lleguen a conseguir, sería porque Dios se los concedería, otorgándoles las fuerzas y la capacidad para prosperar y triunfar.
La humildad es una de las llaves que nos permitirá disfrutar del éxito en nuestras vidas. Caminar siempre teniendo los pies puestos sobre la tierra y reconociendo que nosotros somos alma y que estamos conectados a la mayor fuente de energía que nos recarga de las fuerzas, vigor e inteligencia que se necesita para ser una persona exitosa y triunfante, es lo que nos convertirá en personas agradables y aceptadas en la mayoría de los círculos sociales.
Recuerda que: “……………………..no sólo de pan vivirá el hombre, sino de todo lo que sale por orden del Eterno vivirá el hombre.” (Deuteronomio. 8: 3)
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